13 ago 2013

Jan Europa - Segunda página de la primera historia.



            Empecé los guiones y dibujos de Jan Europa hace un montón de años: ¡más o menos en 1966! Eran los últimos años de la dictadura y en el Ministerio de Información y Turismo de aquella época querían patrocinar una revista de cómics con protagonistas españoles. Yo llevaba tiempo también, pensando en crear una historieta que pasara en Barcelona. En los primeros esbozos Jan Europa era un estudiante de la Universidad de Barcelona que, a través de su afición a la arqueología vivía una serie de aventuras fantásticas. Los lectores más maduritos recordarán el famoso Mayo del 68. Unos meses después en Barcelona sucedió algo parecido, justo cuando yo presenté mi proyecto: una revuelta estudiantil que terminó con la expulsión de algunos estudiantes y profesores. Me devolvieron los guiones y los primeros dibujos sin que hiciera falta explicación alguna. Mi historia siguió el camino de los expulsados.

                        Durante unos años hubo algunos intentos de publicación en un par de periódicos, pero tardé quince en conseguir que, al fin, en Editorial Bruguera lo hicieran y apareció en las páginas de Mortadelo hasta que esta editorial cerró sus puertas.
                        Jan Europa había madurado: era un pacifista y europeísta convencido, nacido en Cadaqués, cuna de Salvador Dalí, un día en que sin duda soplaba con fuerza la tramontana.
                        Mi deseo era crear una historieta que reuniese una serie de factores que entonces no eran corrientes. En primer lugar que el protagonista fuera de mi país, ¡había tantas cosas prohibidas en aquella época! Que simbolizara también la unión de Europa, por esto le puse este nombre. Vivimos en un mundo deshumanizado donde no se aprecian los valores que para mi son verdaderamente importantes: el amor, la amistad, la lucha por el bien común, y Jan Europa simboliza todo esto en un hombre duro, justo y luchador por la paz. En más de quinientas páginas de acción apenas hay una decena de muertos y siempre de forma accidental. Ninguno de los protagonistas usa ni una sola arma en todos los episodios a pesar de ser una serie de acción.
                        Creo que me influyó leer, cuando era niño, las novelas de Karl May sobre Old Saterhand, un héroe que tampoco usaba nunca las armas para acabar con sus enemigos.
                        Jan representa la eterna lucha del bien y el mal, y quise simbolizar en él a la humanidad que avanza lenta pero inexorablemente hacia un futuro mejor, en total armonía con la vida. En el desenlace de la serie veremos que Jan no es inmortal por casualidad, sino que esta llamado a ser el guardián de nuestro futuro.

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