Los
primeros años del Salón del Cómic de Barcelona, invitaron a todos los
dibujantes e ilustradores del país a exponer nuestras obras en una exposición
colectiva. Nos ofrecían un espacio dónde cabían cinco o seis páginas,
protegidas por un cristal enmarcado, y la exposición era magnífica.
En
el salón de 1985, que era el 5º que se realizaba, presenté varias páginas e
lustraciones de distintos personajes. Una de ellas era esta, de Jan Europa, la
primera página del episodio titulado “Ambrosía”.
El
segundo día del salón, cuando fui a visitarlo vi, asombrado, que esta página
había desaparecido. Aquel año los originales, estaban tan solo protegidos por
un cristal que podía levantarse fácilmente y llevarse cualquiera de los
originales. Pero la “afortunada” fue la mía.
Fui
a la oficina de la dirección del Salón, me pidieron disculpas, pero me
aseguraron que, en unos días, cobraría el precio en que había sido asegurada.
Cuando entregábamos los originales nos entregaban un recibo con el precio en el
qué, según decían, quedaba totalmente asegurada.
Pasaron
los días, terminó el salón y, de una manera periódica, fui a reclamar el seguro
que me habían prometido. Así pasó un mes, luego dos, tres, y cada vez me
afirmaban que, en mi próxima visita, se
haría efectivo el importe del seguro (creo que eran 50.000 pesetas).
Pero después de más de medio año me enteré de la realidad. Aquello no se
consideraba un robo, pues no hubo violencia ni rompieron nada, sino tan solo un
“hurto”, y el seguro no lo cubría.
A
mí me dolieron, principalmente, dos cosas. En primer lugar que alguien me
hubiese “hurtado” un original que dejaba la historia incompleta, cuando yo
nunca había negado a ningún aficionado un dibujo si me lo pedían. Por suerte
aquella página era la que aparecía en el catalogo del Salón, y pude hacer una
copia de suficiente calidad. En aquella época las fotocopias no tenían la
perfección de las actuales.
En
segundo lugar, me dolió el engaño de la dirección de la Feria de Muestras,
haciéndome creer durante meses, que recibiría el importe del seguro.
Pienso
que la persona que cometió aquel “hurto”, con el paso de los años se habrá dado
cuenta de que este no es modo de actuar en la vida. Y si alguien ve alguna vez
el original de esta página, ya sabe su historia.
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