Hace un tiempo me propusieron hacer una historieta sobre la caza ilegal de tiburones con el único fin de extirparles la aleta superior. Grupos de piratas y cazadores ilegales sacrifican cada año alrededor de un millón de tiburones tan solo para apoderarse de esta aleta y hacer sopa con ella, que se sirve en restaurantes de todo el mundo. Una vez les han quitado la aleta vuelven a lanzarlos al mar donde mueren. Una verdadera salvajada que quedaba explicada en esta historia que, de momento, no se ha publicado.
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