24 sept 2012

Mi padre cumple hoy 104 años - Hace diez años sucedió lo que podeís leer a continuación

LA RISA TAMBIEN PUEDE LLEGAR POR CORREO ELECTRÓNICO.

Os he dicho que en estos años de profesión la risa ha sido una de las mejores cosas que he vivido. Como ejemplo ahí van un par de cartas de las muchas que he intercambiado con mis amigos. En este caso se trata de la respuesta de Luis Llorente, el director de Creaciones Editoriales, a una de mis cartas en la que le explicaba como, en uno de mis habituales despistes olvidé a mi padre, que entonces tenía 95 años, en el parking de “El Corte Inglés” y no me di cuenta hasta llegar a casa.
Su respuesta fue esta:

Querido Edmond:
Tus últimos mensajes me han preocupado mucho. Me temo que la situación se ha complicado horriblemente y no se como vas a salir de esta. Mejor será que te busques un buen abogado y le digas la verdad. Ya sabes que el tiempo parece divertirse aireando cosas que parecía nadie podía saber. Te paso un recorte del PAIS. Había pensado enviártelo por fax, pero el papel de la prensa al ser impreso por los dos lados queda muy borroso en el fax.
EL CASO CUYÁS. Nuevo misterio que pasará a la historia de los que nunca fueron resueltos: acusa a su hijo de abandonarle en un aparcamiento y largarse con la compra. El hijo dice que su padre debió caerse en el coche y fugarse por el tubo de escape. (Esta teoría está siendo probada en el laboratorio) La esposa, conocida retratista menorquina, dice que va tirando pero no aclara nada. Si el hijo dice la verdad y no le abandonó, queda la duda de si el padre tiene algún lío y quería largarse sin dejar pistas, o si accidentalmente quedó solo y abandonado y aprovechó la ocasión para fugarse. (su reacción no parece indicar que este es el caso)
El hijo parece inclinado a creer que Aznar está envuelto en este embrollo y le acusa de ser vengativo con los que no le han votado. La situación se complica. La policía ha conseguido pruebas (cheques del extranjero) de que el hijo está recibiendo dinero en abundancia de las afueras de la Comunidad Europea. ¿Extorsión? ¿Drogas?
Se involucra a la madre quien al parecer, amparándose en misteriosas enfermedades, consigue las drogas que son exportadas al Norte de Europa, dónde las investigaciones son más difíciles. La situación es explosiva. Las acusaciones son serias. Oficiosamente se sabe que el Sr. Cuyás se ha amarrado al piano por la cintura y que ha clavado el instrumento al suelo y a la pared, escondiendo dentro del piano un contenedor de gas para mecheros envenenado, que podría hacer explotar tocando unas notas que sólo él conoce. Se niega a abandonar el piso y ha colgado una pancarta de la ventana que todo el mundo puede ver, que dice así:
El Sr. Cuyás no saldrá nunca jamás
Al Corte Ingles no volverá otra vez.
Edmond: estas son las noticias. Te las paso sin adulterar, para que no me acuses de ser partidario de unos o de otros. Soy neutral y me limito a transmitir lo publicado.
De trabajo ya hablaremos. Ahora estoy muy preocupado por todo este embrollo.
Sabes que puedes contar conmigo para lo que sea.
Un fuerte abrazo. Luis


Querido Luis:
El recorte que me mandaste de El País me dejó perplejo. Precisamente un periodista de este diario me ofreció un pastón por la exclusiva y al no conseguir que se la vendiera actuó por pura venganza con un artículo tan despiadado. Tu ya sabes que soy incapaz de vender la vida privada de mi familia por cuatro perras, y cuando les dije el precio que yo consideraba adecuado me hicieron esta putada: no me pagaron nada y encima vertieron un cúmulo de mentiras en este artículo vergonzoso y miserable que ha dejado mi buen nombre humillado y escarnecido.
El caso Cuyás, como lo titulan, es un cúmulo de falsedades. Yo jamás dije que “se fugó por el tubo de escape”, (como verás más adelante se trata de un gaseoducto, pero ya llegaremos a eso...) lo que hice fue ponerle el tubo de escape en la boca para ver si conseguía engordarle un poco para que quedara mejor en las fotos, si conseguía vender el artículo a buen precio: en la revista Hola, por ejemplo, no quieren personas tan flacas si no es para un anuncio de cereales.
En lo único que podrían tener razón es en el convencimiento de que Aznar está metido hasta las cejas en todo este sucio asunto. Aquel bigote no puede ocultar unas aviesas intenciones: pero el problema es que mi padre tampoco le votó. ¿No será todo ello una conspiración judeo-masónica como diría un viejo generalísimo, que en paz descanse?
Efectivamente el mencionado Cuyás, que parece ser mi padre por lo que dicen, se amarró al piano pero sucedió algo rocambolesco; le confundieron con un arpa, como la que tocaba Arpo, el mudo de los hermanos Max, y dieron un concierto con él. El pobre hombre ha quedado tan dolorido que se ha ocultado dentro del Stradivarius que tenemos en el recibidor. Se hace pasar por una de las cuerdas y casi da el pego pues está flaco, pero no tanto, ¡caray!
Por lo demás es cierto lo del contenedor para mechero de gas, y ahí llegamos a lo que antes te decía del gaseoducto. El gas lo proporciona el mismo Pedro Cuyás por su naturaleza predispuesta a la creación de gas natural: mira si tiene una naturaleza bien dotada, en este aspecto, que la compañía del gas le ofreció un contrato millonario si aceptaba ser su proveedor. No aceptó pues era incomodo tener que llevar siempre puesto el gaseoducto en el trasero..., y ya ves cómo manipularon malintencionadamente la información.
No quieras estar en mi piel, pues estoy pasando momentos realmente lamentables, y recuerda los momentos de alegre juventud, tan lejanos ya, que disfrutamos antaño.
Un abrazo. Edmond

De esto han pasado casi diez años y,¡ afortunadamente, no he vuelto a perderlo!

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