Siempre me ha gustado volar. Nunca he tenido miedo, pero un par de veces creo que el piloto era el mismo de esta historieta por los tumbos que daba el avión. Otra vez fué un taxista, y cuando bajé de aquel artefacto con ruedas besé el suelo. Aquel tipo creía que era piloto y el taxi circulaba por las calles de Barcelona como si estuviera en un rally aereo.
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