La redacción (1) Armando Matias Guiu
Cuando empecé a trabajar en la editorial lo
hice llevando la parte artística del Departamento de Publicidad. Nos reímos
tanto que acabaron echándonos a todos, pero esto es otra historia que ya
contaré otro día.
Antes de este lamentable suceso, durante unos
años, alterné este trabajo con las primeras historietas que dibujé para ellos.
Entonces el jefe de redacción era Víctor Mora, que llevaba ya tiempo escribiendo
los guiones de “El Capitán Trueno”. Armonía, su mujer, se encargaba de las
revistas femeninas como “Sissí”, “As de Corazones”, etc. y estos fueron los
primeros trabajos que realicé, antes de dibujar historietas de fantasía como
“Supernova”, con guión de Víctor, o “Fantasía S.A.” con guión de Andreu Martin.
Ya comenté tiempo atrás, al hablar de la
película “El Gran Vázquez”, que dirigió Oscar Aibar, que no hacía honor a la
realidad en un aspecto importante: para presentar a Vázquez como el gran genio,
que realmente era, daba una triste imagen de los componentes de aquella
redacción, que eran magníficos. Difícilmente en una editorial actual
encontraríamos tal cantidad de redactores con talento como allí había.
Hoy hablaré de uno de ellos, Armando Matías
Guiu, que se hizo popilar en la radio por sus miles de cuentos que con el título
de “Tambor” se radiaron, durante años, en radio Barcelona y la Cadena Ser.
Cuando editaron Dr. Impossible, el segundo de
mis personajes de fantasía que publicaron, Armando era el director de
“Mortadelo”, la revista donde apareció.
Voy a contar una anécdota de aquel, desgraciadamente,
gran escritor y humorista.
Sucedió
en la época en que se publicó aquella historia en la revista.
Matías Guiu había escrito una novela de humor
(“Hay una chica en mi nevera”). Como
que le apreciaba y teníamos una relación de amistad, como con la mayoría de
redactores de la Editorial, en una de las historias de Dr. Impossible, que
aparecieron coincidiendo con la publicación de su novela, hice un “cameo”. Es
decir, hice que esta tuviese protagonismo en uno de sus capítulos. En el
episodio “Caín”, en la página que ilustra esta narración se ve, en una de las
viñetas, la portada de la novela de Armando y una de sus páginas que formaba
parte del argumento.
Esto no es la anécdota, es tan solo el prologo
de ella. Al publicarse su novela, a Matías Guiu le hicieron varias entrevistas,
una de ellas por la radio que en un programa que yo escuchaba mientras
trabajaba. El locutor le preguntó cuando se sentía más inspirado para escribir,
y el contestó con toda seguridad y sin ninguna duda: “por las tardes, a partir
de las cinco”
Yo me partía de risa y vosotros os preguntareis
donde está la gracia: ¡pues en que Armando Matías Guiu por las mañanas
trabajaba en la redacción de Editorial Bruguera y no terminaba su jornada hasta
las cuatro! Naturalmente, volvía a su casa y no se ponía a escribir hasta las
cinco, ¡justo la hora en que llegaba la “inspiración! Aún me rio ahora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si quieres, puedes dejarme un comentario.